Los Niños y el Ayuno

Es el deseo de Dios obrar en el corazón y en la vida de nuestros niños, y nos corresponde, como padres de familia, educadores, ministros, etc., enseñarles a experimentar de manera apropiada disciplinas espirituales, tales como la oración y el ayuno, para que ellos aprendan, no sólo a escuchar la Voz de Dios, sino a crecer espiritualmente y vivir en Su Presencia para convertirse en seguidores diligentes de Cristo Jesús.

El ayuno puede ser una gran oportunidad para que los niños aprendan, de acuerdo a su edad, sobre la fe, cómo buscar a Dios, cómo desarrollar carácter y debemos ser muy intencionales al entrenarlos.

Para ello, podríamos tomar en cuenta lo siguiente:

1. Asegurarnos que comprenden el verdadero propósito del ayuno: BUSCAR A DIOS, pasar tiempo con Él, en oración, en la lectura de la Biblia. Podríamos ayudarnos de todas las historias que encontramos en las Escrituras sobre personas que ayunaron, los motivos por los que lo hicieron, y los beneficios que obtuvieron. Aquí algunos ejemplos:

Moisés

Ayunó durante 40 días, mostrando HUMILDAD ante la Santidad de Dios. 

El Señor le dijo a Moisés: «Sube a encontrarte conmigo en el monte, y quédate allí. Voy a darte las tablas con la ley y los mandamientos que he escrito para guiarlos en la vida» (Éxodo 24:12)

David

El rey David cometió un grave pecado y no mostraba arrepentimiento. Ayunó por 7 días clamando a Dios que sanara a su hijo. (Leer 2 Samuel 12)

David rogó a Dios por el niño y se negaba a comer o beber. Se fue a su casa y por las noches se quedaba allí tirado en el suelo. (2 Samuel 12:16)

Daniel

Daniel fue un hombre temeroso de Dios, quien buscaba al Señor en oración y ayuno constantemente, clamando a Dios misericordia para Israel. 

Entonces me puse a orar y a dirigir mis súplicas al Señor mi Dios. Además de orar, ayuné y me vestí de luto y me senté sobre cenizas. (Daniel 9:3)

Ester

Una mujer que intercedió por su pueblo ante el Rey. Ayunó por 3 días, pidiendo a todos los judíos de la ciudad que ayunaran con ella para buscar la intervención de Dios ante la amenaza de extinción de su pueblo.

Ester le envió a Mardoqueo esta respuesta: «Ve y reúne a todos los judíos que están en Susa, para que ayunen por mí. Durante tres días no coman ni beban, ni de día ni de noche. Yo, por mi parte, ayunaré con mis doncellas al igual que ustedes. Cuando cumpla con esto, me presentaré ante el rey, por más que vaya en contra de la ley. ¡Y, si perezco, que perezca!» (Ester 4:15-16)

Jesús 

Ayunó por 40 días en el desierto, antes de comenzar su ministerio.

Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán y fue llevado por el Espíritu al desierto. Allí estuvo cuarenta días y fue tentado por el diablo. No comió nada durante esos días, pasados los cuales tuvo hambre. (Lucas 4:1-2)

Otras personas que ayunaron: La profetisa Ana, (Lucas 2:36); Pablo, (Hechos 9:7-9); Nehemías y el pueblo de Israel, (Nehemías 9:1).

2. Dirigirlos a que busquen la guianza del Espíritu Santo.

3. Darles ejemplo de disciplina, integridad, honestidad sobre esta experiencia. 

3. Animarlos a que logren comenzar y terminar el ayuno con éxito. Para ello es aconsejable que comiencen con periodos cortos para que puedan cumplir y enfocarse mejor en el tiempo de alabanza, adoración y oración. A medida que van madurando pueden agregar más días de ayuno.

4. Comunicarnos con los líderes del área de niños de la iglesia, para que estos nos ayuden a prepararnos, a ser intencionales en guiar a nuestros hijos en la fe, de manera sabia y con propósito.

5. Invitar a los niños a que poco a poco limiten el consumo de azúcar (pastelillos, golosinas, etc.), proporcionándoles opciones saludables.

6. Como familia, podemos aprovechar para dejar a un lado la televisión, los videojuegos, las redes sociales, etc., y pasar tiempo junto al Señor. Seguramente, serán momentos inolvidables  que podrán repetir en el futuro cuando tengan que encaminar a la próxima generación a los brazos de Jesús.